Hombre de negocios. Hijo de Tesifón Pérez Barrionuevo -hombre acaudalado que hizo fortuna con la construcción durante el boom minero-, este personaje seguiría los pasos de su progenitor. Dotado de gran habilidad para los negocios, su matrimonio con Rosalía Gallardo Gallardo le permitió acceder a una enorme fortuna que sabría mover en una diversidad de actividades económicas. En el campo agropecuario, sus propiedades (básicamente distribuidas por Berja, Campo de Dalías y Granada) experimentaron importantes mejoras, sobre todo las de regadío. El ejemplar modo de dirigir sus fincas fue reconocido por el Ministerio de Agricultura de la Regencia con un premio.

      Este personaje no sólo invirtió en la producción, sino que casi todos los productos agrícolas los llegó a elaborar y comercializar él mismo bajo la firma “Tesifón Pérez y Cía.”. Destacó en la exportación de frutos secos y uva de mesa, producto este último de sus primeros exportaros a Inglaterra, al igual que en la industria oleícola, de la que poseía -bien en propiedad o compañía- diversas almazaras. De igual modo, tuvo bastante participación en la explotación minera y fue banquero, teniendo casa de banca en la localidad.

      Aunque la prolijidad económica de este personaje abarca todos los campos, fue en la innovadora industria eléctrica donde cosecharía sus mejores logros. Al hilo de las enormes inversiones que realizó en el campo irrigatorio, este personaje aprovecharía gran parte de la infraestructura hidráulica que montó en sus propiedades para construir la primera fábrica de electricidad con la que contó el municipio. Viajó expresamente a París, donde logró contratar a los ingenieros Petit para que trabajasen en Berja, quedando inaugurada la fábrica hidroeléctrica Santa Sofía en 1896. Esta pionera inversión energética permitiría a esta localidad adelantarse en el campo, siendo de las primeras ciudades de Andalucía que dispuso de alumbrado público eléctrico.