Ginés María BELMONTE DÍAZ


BELMONTE DÍAZ, Ginés María (Vélez Blanco, 1787 - Vélez Blanco, 1857). Propietario y político.


      Hijo de padres cultos y pudientes, realizó estudios de Latinidad y Retórica en el convento franciscano de Vélez Rubio; y de Filosofía y Teología en el Seminario de la Purísima Concepción y San Miguel de Orihuela, logrando el grado de Maestro en Artes y el de Doctor en Sagrada Teología. En 1806, en Granada, inicia el estudio de Leyes, interrumpido por la Guerra hasta el 23-XII- 1812, en que obtiene el Grado de Bachiller en Derecho. Finalmente, se recibe como abogado de la nueva Audiencia Territorial de Granada en 30-VI-1813.

      Durante la Guerra de la Independencia es excluido para el alistamiento debido a algún impedimento físico, pero, a las órdenes del coronel Villalobos Cabrera y Freire, que actúan en el Sureste, y con riesgo de su propia vida, auxiliará en numerosas ocasiones a los nacionales guiándoles en sus extravíos por el desconocido territorio, proporcionando valiosas informaciones (capturando correspondencia de generales franceses), alojando en su casa a los perseguidos, pagando emisarios, aportando dinero entre los pobres necesitados y entregando medios económicos para la reorganización y avituallamiento de los ejércitos que luchan contra el invasor, llegando a estar encarcelado (1812). Tras la Guerra, “fue perseguido por sus enemigos, preso y procesado como reo de Estado”, aunque sobreseída en agosto de 1814. Ese mismo año se le nombra auditor de Guerra y, por R.D. 28-III-1815, caballero de la Orden de Carlos III; y, a pesar de las inquinas personales y persecuciones, es armado el 4-IX-1816. Con el Trienio Liberal cesan las percusiones, llegan los reconocimientos, se constituye en el alma del partido liberal, capitaneando la Compañía de la Milicia Nacional Local y hace inventario de papeles, enseres y cuadros del Convento de Vélez Blanco para evitar extracciones u ocultaciones. “Vuelto en 1823 el Gobierno absoluto, fue despojado de sus honores, perseguido nuevamente, procesado y condenado como liberal, teniendo que andar errante hasta 1833 que le salvó la amnistía, sin haber alterado su constante decisión por la libertad y bien de la patria los peligros que le rodearon”.

      A partir de 1833 se le encargan diversos cometidos por distintas autoridades: la organización de la Milicia Ciudadana, el arreglo de los jueces de distrito; e invierte parte de su fortuna en el auxilio y socorro de los afectados por la mortífera epidemia de cólera de 1834.

      Imbuido de los principios del Siglo de las Luces (reformismo, utilitarismo, beneficencia, educación cívica) y guiado de la caridad cristiana, con dispendio de su vida y fortuna, “propagó la ilustración, estableció casas de beneficencia y de educación primaria, aseó cárceles, reparó caminos, creó hospitales y otros establecimientos de utilidad y bien público”.

     Con la consolidación del estado liberal, le lloverían los reconocimientos: magistrado de la Audiencia Territorial de Granada (1838), Cruz de Comendador de Isabel la Católica (1843), caballero del Hábito de Calatrava (1845) y de la Orden de Montesa (1844- 45), gentil-hombre de entrada de S.M. (1846-47) y vocal socio de la Junta de Agricultura de la Provincia de Almería, en representación del partido judicial de Vélez Rubio (1848). En 1844 triunfa de manera arrolladora consiguiendo 5.782 votos para un escaño del Palacio de Diputados, cargo que abandona 4 años después para instalarse definitivamente en su pueblo natal, en la magnífica mansión barroca de la Corredera, donde se dispone a vivir de los restos de una no demasiado próspera hacienda que heredó de sus padres.




Lentisco Puche, José Domingo





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