El padre de Monasterio era un noble castellano y la madre pertenecía a la noble familia gallega de los Correa. El matrimonio vivió en las villas de Valdemoro y de Pinto y cuando residían en Madrid nació su primer hijo, José. Se trasladaron después a Valladolid y allí, en 1823, nació su hermano Raimundo. Éste llegó a ser un eminente doctor en Medicina y catedrático de clínica en el Colegio de San Carlos de Madrid. Raimundo falleció en 1853.
José de Monasterio se casó con Josefa de Herrera Dávila, y cuatro años después de fallecer su marido, en 1878, el Congreso de los Diputados le concedió una pensión.
José de Monasterio estudió en las Escuelas Pías de Madrid y después en San Isidro. En 1835 las autoridades españolas pensaron crear una escuela preparatoria para el posterior ingreso en la Escuela de Minas, pero en 1837 todavía no estaba en marcha y Monasterio hizo directamente el examen de ingreso en la citada escuela. Fue el primero de los seis aspirantes que aprobaron el citado examen. Tenía el número 279 en la relación general de Ingenieros de Minas.
En 1840 realiza sus prácticas en Almadén y es designado aspirante de primera clase al Cuerpo Facultativo de Minas. En 1844 es destinado en Cuevas de Vera (ahora Cuevas de Almanzora) en Almería y se le encarga interinamente la inspección del distrito de Lorca (Murcia). También inspeccionó las minas de Sierra Almagrera. Cuando ascendió a ayudante segundo del Cuerpo Facultativo pasó en residencia a Cartagena (Murcia), donde ascendió a ayudante primero.
En noviembre de 1849 fue nombrado inspector del distrito minero de Murcia. En 1852, con motivo de una exposición pública de productos agrícolas, industriales y artísticos convocada por la Sociedad de Amigos del País de Murcia, se convocó otro premio para el trabajo literario que mejor reflejase las clases de minerales que se extraían en las minas murcianas. José de Monasterio ganó este concurso y se le hizo socio de mérito de la entidad convocante.
También intentó hacer el mapa geológico de Murcia junto con su compañero Lino Peñuelas y Fornesa, pero el traslado a Almería frustró el proyecto.
Fue trasladado nuevamente a Almería en 1853 con la misma función de inspector. En ambos distritos su labor estuvo encaminada a favorecer el laboreo minifundista lo que hizo enriquecerse a muchos mineros. En 1855 fue comisionado a Bélgica y Sajonia para estudiar los adelantos de la industria minera y metalúrgica.
Hacia 1860 publicó en la “Revista Minera” un artículo que difundía las ideas de Boucher de Perthes aplicadas a la industria minera adelantándose por tanto a la obra de Juan Vilanova y Piera “Manual de Geología aplicada a la Agricultura y a las artes Industriales”, que data de 1861.
Inventó dispositivos que favorecían la extracción y fundición de los metales que fueron dados a conocer (1862) en la “Revista Minera” o en periódicos como “Diario de Murcia” y “El Faro Cartaginé”s.
En 1863 el Ateneo de Madrid publica el libro “Conferencias librecambistas. Discursos pronunciados en el Ateneo Científico” y “Literario de Madrid, por varios individuos de la Asociación para la reforma de los aranceles de aduanas, en el curso de 1862-1863”. Uno de los intervinientes en este ciclo de conferencias es José de Monasterio y Correa y el título de la misma es “Si conviene mantener la protección a los diferentes ramos de la industria minera”.
En 1865 lo comisionan para realizar deslindes de minas muy difíciles en la cuenca carbonífera de Utrillas (Teruel) y por su labor la reina Isabel II le concede la Encomienda de número de Isabel la Católica. También fue designado para integrar la comisión encargada de formar el Plan Nacional de Ferrocarriles.
En 1866 ascendió a inspector general de segunda clase y ocupó un puesto en la Junta Superior Facultativa de Minas.
En 1869 recibe la designación de jefe superior del establecimiento de Almadén para elaborar un plan de mejora de la mina y sus instalaciones. Se le comisionó a Inglaterra y Bélgica para comprar las máquinas y pertrechos necesarios para su plan. Cuando la compra estuvo hecha se trasladó a Almadén para supervisar personalmente las obras. Cuando terminaron estas (1874) los obreros podían entrar y salir más fácilmente a las minas y el aire que respiraban era de bastante mejor calidad que sin los sistemas de ventilación por lo que enfermaban menos. También estimuló el uso de una dieta alimenticia especial para mineros, al objeto de evitar las enfermedades que comúnmente les aquejaban. Aumentó la producción y la productividad. Las mejoras hechas le valieron los honores de jefe superior de Administración Civil.
Por R.O. del Regente de 18 de mayo de 1870 fue nombrado vocal de la Comisión del Mapa Geológico de España.
En julio de 1874 se iban a adjudicar los destajos de la mina de Almadén y corrió el rumor de que se haría en peores condiciones económicas que la vez anterior, lo cual produjo malestar entre los obreros. El día 4 de julio, sábado, los destajistas reclaman la presencia de un ingeniero y se dirige hacia ellos Buceta, el ayudante de Monasterio. Es derribado de una pedrada y, en el suelo, es acuchillado en el tórax y en el abdomen. Monasterio acude al lugar al oír el tumulto y recibe cinco impactos de bala que acaban casi en el acto con su vida; Buceta falleció al día siguiente.
Los cadáveres fueron trasladados a Tembleque (Ciudad Real) el día 9 de julio y posteriormente a Madrid donde fueron enterrados el día 10. No se logró saber nunca quienes los asesinaron a pesar de que intervino la autoridad militar. El asunto se olvidó rápidamente.
La noticia fue dada por el “Diario Español” y por “La Correspondencia de España”. Al año siguiente, “La Ilustración Española y Americana” publicó los retratos de ambos asesinados.
Además de la Encomienda de Isabel la Católica recibió la Gran Cruz de la Orden Civil de María Victoria, Oficial de Leopoldo de Bélgica y Oficial de la Rosa de Brasil.
En cuanto a su labor docente podemos decir que la comenzó en la Escuela Práctica de Almadén en 1841. Fue profesor de Matemáticas y Dibujo hasta 1844. En 1860, tras haber hecho su primer viaje a Europa, definió lo que a su juicio era una mina: “Serie continua de esfuerzos dirigidos a arrancar y extraer del seno de la tierra ciertos dones preciosos y gratuitos llamados minerales, con que poder cambiar con la humanidad entera el servicio de satisfacer necesidades sin cuento”.
Fue el Director interino de la Escuela de Minas de Madrid y nombrado definitivo por R.O. aparecida en el Boletín Oficial del Estado de 22 de noviembre de 1864. Fue entonces profesor de metalurgia y de metalurgia especial dictando unos apuntes de 662 páginas y 157 figuras que nunca llegaron a editarse por el reducido número de alumnos de la escuela.
La Ley de Instrucción Pública de 1857 creó el título de Ingeniero y fue el punto de partida para ordenar didácticamente los estudios; en principio los planes fueron de tres cursos y ampliados a cinco sólo dos años después. Hasta mediados de siglo la enseñanza de minas era una amalgama de conocimientos empíricos, científicos y experimentales sin orden alguno.
En 1865 el gobierno acomete la modificación del plan de estudios de estos ingenieros haciéndolo más científico y también más práctico. En los dos primeros cursos se estudiaban las ciencias básicas (Matemáticas, Mecánica, Química, Geometría Descriptiva); las ciencias aplicadas en los dos siguientes (Mineralogía, Química Analítica, Construcción, Paleontología, Geología, Metalurgia y Máquinas) y el último año las especializaciones (Laboreo de Minas, Metalurgia Especial, Geodesia, Derecho y Legislación Minera). Manuel de Orovio, Ministro de Fomento intentó revitalizar todos los estudios de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central.
Cuando en 1868 llega a Fomento Manuel Ruiz Zorrilla reforma el sistema de preparación para el ingreso en la Escuela de Minas. Se crea una escuela politécnica en la que la enseñanza de las Matemáticas y de una parte de las ciencias físico-químicas se cede a la enseñanza libre, sin control por parte de la escuela.
En 1869 el claustro de profesores de la Escuela de Minas toma la determinación de no examinar a los alumnos que no presenten los proyectos reglamentarios; el clima de relajación entre los estudiantes era total. En 1870 se redactó un nuevo Reglamento para la Escuela y Monasterio siempre defendió el mantenimiento de la plantilla de profesores ante los continuos intentos de la administración por reducirla.
En 1870 Monasterio publica un proyecto minero-industrial para Huelva y Extremadura que es la base de un verdadero Plan de Desarrollo Industrial. Sus ideas básicas eran localizar el complejo industrial en Huelva por motivos estratégicos de su puesto marítimo. Por otra parte, pretendía comunicar por ferrocarril Logrosán (Cáceres) con Huelva, pasando por Zafra y Mérida, así como Río Tinto y otras diversas minas de manganeso de Huelva. También pretendía comunicar por ferrocarril Niebla con Huelva para traer la cal. Finalmente el carbón y la sal común tendrían fácil acceso por medio del transporte marítimo.
Pretendía la utilización más completa de las piritas mediante la obtención de ácido sulfúrico, útil para muchas actividades industriales. Huelva hubiera sido un centro industrial que habría garantizado el consumo de las producciones de las minas de la zona y además el puerto onubense se hubiera convertido en el foco del desarrollo industrial y agrícola de la región.
El 9 de mayo de 1871 pasan a la biblioteca del Senado 50 ejemplares de la Memoria sobre ensayo de un nuevo sistema de destilación de minerales de mercurio, de José de Monasterio, que remite el Director General de Propiedades y Derechos del Estado.
Debido al mal funcionamiento de la escuela subordinada de Oviedo Monasterio propuso su traslado a Mieres, cosa que se llevó a efecto en 1874, varios meses después de su muerte. Anselmo Sánchez-Tirado y Gómez le sucedió en la dirección de la Escuela de Minas de Madrid.
Publicó más de 60 artículos entre revistas especializadas, discursos parlamentarios sobre su especialidad, conferencias públicas, etc. Entre ellas estaban la Revista Minera, Anales de Minas, Boletín Oficial del Ministerio de Fomento, Revista Hispanoamericana, Almanaque de Las Novedades, Gaceta Económica y Revista Minera de Almería.
Elecciones y actividad parlamentaria
El día 6 de septiembre de 1872 fue elegido senador por la provincia de Almería, fue admitido por la Comisión de Actas el día 19 del mismo mes. Salió elegido junto al marqués de Almanzora, Juan José Moya Herrerías y Antonio Carrasco Serna.
En el primer periodo de la legislatura 1872-1873 ingresó en la primera y sexta secciones y fue secretario de la primera. Fue asimismo presidente de la cuarta sección. Fue miembro de las siguientes comisiones:
Permanente de Actas.
Presupuestos, y secretario de la misma.
Policía Minera, y secretario de la misma.
Ratificación de tratados entre España y los Países Bajos, y secretario de ella.
Libertad de derechos a los materiales para las vías férreas de las Baleares, y secretario.
Ferrocarril de Utrera a Osuna, y secretario.
Fallecimiento del Sr. Pastor.
Guardia rural.
Presentación a S.M. del proyecto de contestación al discurso de la Corona.
Ferrocarriles de Madrid a Malpartida y de Mérida a Sevilla.
Giro en las estaciones telegráficas.
Presentación de S.A. el Infante o Infanta.
Finalmente explanó un discurso sobre el presupuesto de ingresos del Estado.
En el segundo periodo de esta misma legislatura fue miembro y secretario de las siguientes comisiones:
Minas de Ríotinto.
Exposición general de la industria.
Impuesto para la mejora del puerto de Palma, y presidente.
Maderas para el Escorial.
Exención de derechos a los materiales de los ferrocarriles de Baleares.
Giro mutuo.
Convocatoria de Cortes.
En 1878, en el Congreso de los Diputados, se vio un Proyecto de ley pendiente de la anterior legislatura, reproducido por el ministro de Fomento a petición del diputado Peñuelas; se trataba de dar pensiones vitalicias a Josefa de Herrera Dávila, viuda de José de Monasterio, y a Fernando Buceta y Sollá y Josefa Sollá, padres de Isidro Buceta Sollá, que fueron asesinados en Almadén.
El dictamen pasó a la Comisión de Gracias y Pensiones; el diputado Vergara preguntó a la Mesa del Congreso sobre el estado del proyecto de ley y le contestó el presidente; tras la intervención del diputado Jové y Hevia se aprobó este proyecto de ley, imprimiéndose un ejemplar de la ley sancionada para publicarla con posterioridad.