Gerónimo ABAD SÁNCHEZ


ABAD SÁNCHEZ, Gerónimo (Níjar (Almería), Sin datos - Almería, 1896). Diputado a Cortes en 1873.


Era hijo de Vicente Abad García, natural de Níjar, y de María Josefa Sánchez Andújar (Almería-Almería., 00.12.1877). Otros hijos de Vicente y Josefa fueron Rosendo y Vicente Abad Sánchez. Rosendo Abad Sánchez (Níjar, Almería, 01.03.1833-Almería, 21.01.1923) estudió en el Instituto de Almería y posteriormente pasó a la Universidad de Granada para iniciar sus estudios de Notariado. Siguió la corriente republicana liberal-democrática. Perteneció a la masonería, siendo “Amor y Ciencia” y “Unión y Justicia” las dos logias que la extendieron por toda la provincia —a esta última pertenecieron también Trinidad y Antonio Abad Sánchez—; buscaban el bien, la verdad, combatir la intransigencia, el exclusivismo y el error, transmitidos por “la clase clerical, los fanáticos y los oscurantistas de todos los sistemas”. Entre 1897 y 1902 siguió los postulados federalistas de Pi y Margall y estuvo un tanto apartado de la política almeriense. Presidió la Sociedad literaria La Lira y la Sociedad cooperativa de obreros de Almería. Vicente Abad Sánchez (Níjar, Almería-Níjar, Almería, 00.06.1901) casado con Dolores Torres (murió en Níjar, 04.07.1887), tuvo dos hijos que fueron Vicente y Antonio Abad Torres. Vicente Abad Sánchez fue alcalde de Níjar y estuvo afiliado a la logia masónica “Caridad y Abnegación” creada asimismo en Níjar, y presidente y representante provincial del Comité de la coalición republicana de Níjar en 1890.

Gerónimo Abad Sánchez se casó con Luisa Terriza García (Almería-Almería, 01.05.1886), hija del también comerciante José Terriza Fuentes (Granada, 1794-Granada, 11.09.1841), y de Josefa García Núñez, natural de Almería. Gerónimo y Luisa tuvieron al menos a Gerónimo (18.04.1870) y Ubaldo Abad Terriza, los dos naturales de Almería. Estudiaron ambos en el Instituto de segunda enseñanza de Almería y Gerónimo estudió Derecho en la Universidad de Granada, inscribiéndose en el Colegio de Abogados de Almería el 6 de julio de 1898.

Gerónimo Abad se dedicó al comercio como actividad principal, pero tuvo una importante presencia en el negocio minero pues explotó minas en Bédar, Berja, Cabo de Gata, Carboneras, Cuevas, Gádor, Nacimiento, Níjar, Rioja, Presidio, Purchena, Tabernas, Vélez-Rubio, etc. Además, fue presidente de la sociedad especial minera “El Guerrero”, sita en Berja (1863, 1864, 1865 y 1866); de la sociedad especial minera “La Princesa” (1866); representante de los herederos de Leopoldo Williams; propietario de la mina “El Patrocinio”, sita en la Solana del Fondón (1882); tesorero de la sociedad minera “Por si pega”, sita en Níjar (1887); de la sociedad minera “El Porvenir” (1895); y también organizaba subastas para la extracción de mineral en pozos de minas.

Era el propietario de la fábrica de harinas “La Iniciadora” que en 1875 quiere arrendar por no poder atenderla personalmente. Declaró ser el propietario legítimo de las salinas de Cabo de Gata, pero el 23 de febrero de 1878 la Diputación le comunica que, sobre el asunto de la propiedad de las salinas, pasa el expediente al Ministerio de Marina para que decida sobre el mismo. Sin embargo, en junio de 1878 constaba como propietario de las salinas, aunque las tenía arrendadas.

Gerónimo Abad y su hermano Rosendo trasladaron el negocio de comercio que tenían en la calle de las Tiendas a la Plaza de San Sebastián, aunque mantuvieron abiertos los locales antiguos como tienda de quincalla y paquetería. En 1875 pagaba por contribución industrial en la capital almeriense la cantidad de 1.685,54 ptas.

Fue comprador de varias propiedades rústicas y una urbana en Almería por valor de 398.172 rs., en la desamortización de Madoz, entre 1871 y 1875. Al convertirse en propietario rústico en la vega de Almería, invirtió en la Sociedad de Riegos San Indalecio donde compró 12½ horas de agua y fue su vicepresidente en 1875. La sociedad tenía cien socios y dieciséis de ellos formaban la Junta Directiva de la misma. El presidente era Indalecio de Córdoba Escámez; José Spencer, banquero, era el tesorero; José Rumí Fuentes, contador, era notario; José Ramón Vicente, secretario, era abogado. Los vocales eran Francisco Jover y Berruezo, Antonio Campoy Robles, Manuel Orozco Segura, Joaquín Ramón García y Francisco Barroeta. El diseño y ejecución de las obras recayeron en el arquitecto Enrique López Rull, padrino de su hijo Gerónimo Abad Terriza.

Asimismo, lo encontramos como socio de número en la Sociedad Económica de Amigos del País de Almería al menos desde 1883; es elegido vocal para la celebración de una Exposición provincial que debería celebrarse en la Feria de la capital en 1884; y es el vicepresidente del Centro Mercantil de Almería en 1885. 

Y entre otras actividades sociales que tuvo que desempeñar la de ser jurado de Tribunales de Justicia desde 1874 y ser socio fundador y vocal de la Junta de salvamento de náufragos de Almería en 1881; en octubre de 1883 encabezó la suscripción popular del diario La Crónica Meridional para socorrer a los amotinados del fracasado levantamiento republicano que ocurrió en Badajoz, Santo Domingo de la Calzada y la Seo de Urgell; el periódico madrileño El Motín se adhirió también a esta suscripción. En 1884, cuando el Ateneo se trasladó de local, adelantó más de 1.500 rs. para sufragar los gastos. Suscribió además toda clase de iniciativas para remediar la situación de las clases pobres, mejoras sanitarias, así como socorrer a los perseguidos por las ideas políticas republicanas. Y también se manifestó contra la pena de muerte en 1878, pues pidió el cierre de los comercios el día y la noche en que se iba a ejecutar a tres condenados en Almería.

Una de las grandes preocupaciones de Gerónimo Abad fue la llegada del ferrocarril a la provincia, pues creía que éste era un factor esencial para la modernización y el avance económico de Almería. Desde 1873 se muestra preocupado por el tema, y le manifiesta al ingeniero Manuel Lacasa la necesidad de comunicar las minas por este medio para aumentar su productividad, el cual publicó una memoria favorable a estas ideas. Este suceso es también referido quince años más tarde por El Minero de Almagrera que añade lo siguiente en referencia a las minas que Gerónimo Abad tenía en la zona de Bédar: “... se ofrecían a partido al que por su cuenta tratara de trabajarlas, y entre las cuales se destacaba la de que seria obligación del que las adquiriera la de construir un ferrocarril, por el cual se transportaran los hierros al litoral del Mediterráneo.”. 

En 1875 asistió a la reunión convocada por el gobernador civil Onofre Amat para acelerar la construcción del ferrocarril Linares-Almería. A la altura de 1879 se muestra favorable a imponer cuotas a comerciantes e industriales para financiar y acelerar este proyecto.

En 1883 ya era presidente de la Junta gestora activa del ferrocarril Linares-Almería. Como presidente de esta Junta dirige una carta a los diputados a Cortes de Jaén, Granada y Almería para que se interesen por la construcción de la línea férrea, aprobada en 1870, pues la situación material de estas regiones es desesperada. Pero la falta de incentivos para los inversores ha retrasado enormemente su realización; es por ello que la Junta reclama que se eleve la subvención a 125.000 ptas. por kilómetro, pequeña en comparación con otras que se han dado en España. A pesar de que Almería aporta anualmente al Tesoro 53 millones de pesetas, no hay ni un solo kilómetro de vía construido. Literalmente pidió que:

 

Mediten sobre todo esto nuestros representantes en ambas Cámaras; fíjense en el angustioso estado porque atraviesan los pueblos, en la emigración creciente, en el comercio paralizado, en la industria sin vida, y comprendiendo que solo el ferrocarril de que se trata puede salvarlos, acudan al Gobierno y á las Cortes en demanda de que se coloque en condiciones de inmediata realización, reformando la ley en los terminos expuestos.”.

 

Cuando Joaquín M.ª López Puigcerver es nombrado ministro de Fomento le envía, en nombre de la Junta, un telegrama de felicitación, confiando en que contribuya al logro de sus aspiraciones. A finales de 1866 era uno de los cinco vicepresidentes de la Junta Gestora del ferrocarril “encargada de activar todos los expedientes de obras públicas y remover los obstáculos que dificulten la realización de los proyectos en que cifra Almería su porvenir.”. En 1887 la Liga de los intereses generales de Almería le invitó a decir unas palabras sobre la importancia del ferrocarril para la provincia. Y para predicar con el ejemplo suscribió dos obligaciones de la Compañía de los caminos de hierro del Sur de España. En 1890 llevó a Canjáyar a un ingeniero inglés para ver si era rentable la explotación de 30 millones de toneladas de hierro transportadas por ferrocarril. Por fin, cuando se inauguró el ferrocarril en 1895, Nicolás Salmerón le mandó un telegrama de felicitación.

Era hijo de Vicente Abad García, natural de Níjar, y de María Josefa Sánchez Andújar (Almería-Almería., 00.12.1877). Otros hijos de Vicente y Josefa fueron Rosendo y Vicente Abad Sánchez. Rosendo Abad Sánchez (Níjar, Almería, 01.03.1833-Almería, 21.01.1923) estudió en el Instituto de Almería y posteriormente pasó a la Universidad de Granada para iniciar sus estudios de Notariado. Siguió la corriente republicana liberal-democrática. Perteneció a la masonería, siendo “Amor y Ciencia” y “Unión y Justicia” las dos logias que la extendieron por toda la provincia —a esta última pertenecieron también Trinidad y Antonio Abad Sánchez—; buscaban el bien, la verdad, combatir la intransigencia, el exclusivismo y el error, transmitidos por “la clase clerical, los fanáticos y los oscurantistas de todos los sistemas”. Entre 1897 y 1902 siguió los postulados federalistas de Pi y Margall y estuvo un tanto apartado de la política almeriense. Presidió la Sociedad literaria La Lira y la Sociedad cooperativa de obreros de Almería. Vicente Abad Sánchez (Níjar, Almería-Níjar, Almería, 00.06.1901) casado con Dolores Torres (murió en Níjar, 04.07.1887), tuvo dos hijos que fueron Vicente y Antonio Abad Torres. Vicente Abad Sánchez fue alcalde de Níjar y estuvo afiliado a la logia masónica “Caridad y Abnegación” creada asimismo en Níjar, y presidente y representante provincial del Comité de la coalición republicana de Níjar en 1890.

Gerónimo Abad Sánchez se casó con Luisa Terriza García (Almería-Almería, 01.05.1886), hija del también comerciante José Terriza Fuentes (Granada, 1794-Granada, 11.09.1841), y de Josefa García Núñez, natural de Almería. Gerónimo y Luisa tuvieron al menos a Gerónimo (18.04.1870) y Ubaldo Abad Terriza, los dos naturales de Almería. Estudiaron ambos en el Instituto de segunda enseñanza de Almería y Gerónimo estudió Derecho en la Universidad de Granada, inscribiéndose en el Colegio de Abogados de Almería el 6 de julio de 1898.

Gerónimo Abad se dedicó al comercio como actividad principal, pero tuvo una importante presencia en el negocio minero pues explotó minas en Bédar, Berja, Cabo de Gata, Carboneras, Cuevas, Gádor, Nacimiento, Níjar, Rioja, Presidio, Purchena, Tabernas, Vélez-Rubio, etc. Además, fue presidente de la sociedad especial minera “El Guerrero”, sita en Berja (1863, 1864, 1865 y 1866); de la sociedad especial minera “La Princesa” (1866); representante de los herederos de Leopoldo Williams; propietario de la mina “El Patrocinio”, sita en la Solana del Fondón (1882); tesorero de la sociedad minera “Por si pega”, sita en Níjar (1887); de la sociedad minera “El Porvenir” (1895); y también organizaba subastas para la extracción de mineral en pozos de minas.

Era el propietario de la fábrica de harinas “La Iniciadora” que en 1875 quiere arrendar por no poder atenderla personalmente. Declaró ser el propietario legítimo de las salinas de Cabo de Gata, pero el 23 de febrero de 1878 la Diputación le comunica que, sobre el asunto de la propiedad de las salinas, pasa el expediente al Ministerio de Marina para que decida sobre el mismo. Sin embargo, en junio de 1878 constaba como propietario de las salinas, aunque las tenía arrendadas.

Gerónimo Abad y su hermano Rosendo trasladaron el negocio de comercio que tenían en la calle de las Tiendas a la Plaza de San Sebastián, aunque mantuvieron abiertos los locales antiguos como tienda de quincalla y paquetería. En 1875 pagaba por contribución industrial en la capital almeriense la cantidad de 1.685,54 ptas.

Fue comprador de varias propiedades rústicas y una urbana en Almería por valor de 398.172 rs., en la desamortización de Madoz, entre 1871 y 1875. Al convertirse en propietario rústico en la vega de Almería, invirtió en la Sociedad de Riegos San Indalecio donde compró 12½ horas de agua y fue su vicepresidente en 1875. La sociedad tenía cien socios y dieciséis de ellos formaban la Junta Directiva de la misma. El presidente era Indalecio de Córdoba Escámez; José Spencer, banquero, era el tesorero; José Rumí Fuentes, contador, era notario; José Ramón Vicente, secretario, era abogado. Los vocales eran Francisco Jover y Berruezo, Antonio Campoy Robles, Manuel Orozco Segura, Joaquín Ramón García y Francisco Barroeta. El diseño y ejecución de las obras recayeron en el arquitecto Enrique López Rull, padrino de su hijo Gerónimo Abad Terriza.

Asimismo, lo encontramos como socio de número en la Sociedad Económica de Amigos del País de Almería al menos desde 1883; es elegido vocal para la celebración de una Exposición provincial que debería celebrarse en la Feria de la capital en 1884; y es el vicepresidente del Centro Mercantil de Almería en 1885. 

Y entre otras actividades sociales que tuvo que desempeñar la de ser jurado de Tribunales de Justicia desde 1874 y ser socio fundador y vocal de la Junta de salvamento de náufragos de Almería en 1881; en octubre de 1883 encabezó la suscripción popular del diario La Crónica Meridional para socorrer a los amotinados del fracasado levantamiento republicano que ocurrió en Badajoz, Santo Domingo de la Calzada y la Seo de Urgell; el periódico madrileño El Motín se adhirió también a esta suscripción. En 1884, cuando el Ateneo se trasladó de local, adelantó más de 1.500 rs. para sufragar los gastos. Suscribió además toda clase de iniciativas para remediar la situación de las clases pobres, mejoras sanitarias, así como socorrer a los perseguidos por las ideas políticas republicanas. Y también se manifestó contra la pena de muerte en 1878, pues pidió el cierre de los comercios el día y la noche en que se iba a ejecutar a tres condenados en Almería.

Una de las grandes preocupaciones de Gerónimo Abad fue la llegada del ferrocarril a la provincia, pues creía que éste era un factor esencial para la modernización y el avance económico de Almería. Desde 1873 se muestra preocupado por el tema, y le manifiesta al ingeniero Manuel Lacasa la necesidad de comunicar las minas por este medio para aumentar su productividad, el cual publicó una memoria favorable a estas ideas. Este suceso es también referido quince años más tarde por El Minero de Almagrera que añade lo siguiente en referencia a las minas que Gerónimo Abad tenía en la zona de Bédar: “... se ofrecían a partido al que por su cuenta tratara de trabajarlas, y entre las cuales se destacaba la de que seria obligación del que las adquiriera la de construir un ferrocarril, por el cual se transportaran los hierros al litoral del Mediterráneo.”. 

En 1875 asistió a la reunión convocada por el gobernador civil Onofre Amat para acelerar la construcción del ferrocarril Linares-Almería. A la altura de 1879 se muestra favorable a imponer cuotas a comerciantes e industriales para financiar y acelerar este proyecto.

En 1883 ya era presidente de la Junta gestora activa del ferrocarril Linares-Almería. Como presidente de esta Junta dirige una carta a los diputados a Cortes de Jaén, Granada y Almería para que se interesen por la construcción de la línea férrea, aprobada en 1870, pues la situación material de estas regiones es desesperada. Pero la falta de incentivos para los inversores ha retrasado enormemente su realización; es por ello que la Junta reclama que se eleve la subvención a 125.000 ptas. por kilómetro, pequeña en comparación con otras que se han dado en España. A pesar de que Almería aporta anualmente al Tesoro 53 millones de pesetas, no hay ni un solo kilómetro de vía construido. Literalmente pidió que:

 

Mediten sobre todo esto nuestros representantes en ambas Cámaras; fíjense en el angustioso estado porque atraviesan los pueblos, en la emigración creciente, en el comercio paralizado, en la industria sin vida, y comprendiendo que solo el ferrocarril de que se trata puede salvarlos, acudan al Gobierno y á las Cortes en demanda de que se coloque en condiciones de inmediata realización, reformando la ley en los terminos expuestos.”.

 

Cuando Joaquín M.ª López Puigcerver es nombrado ministro de Fomento le envía, en nombre de la Junta, un telegrama de felicitación, confiando en que contribuya al logro de sus aspiraciones. A finales de 1866 era uno de los cinco vicepresidentes de la Junta Gestora del ferrocarril “encargada de activar todos los expedientes de obras públicas y remover los obstáculos que dificulten la realización de los proyectos en que cifra Almería su porvenir.”. En 1887 la Liga de los intereses generales de Almería le invitó a decir unas palabras sobre la importancia del ferrocarril para la provincia. Y para predicar con el ejemplo suscribió dos obligaciones de la Compañía de los caminos de hierro del Sur de España. En 1890 llevó a Canjáyar a un ingeniero inglés para ver si era rentable la explotación de 30 millones de toneladas de hierro transportadas por ferrocarril. Por fin, cuando se inauguró el ferrocarril en 1895, Nicolás Salmerón le mandó un telegrama de felicitación.

Las primeras noticias de su actividad política las tenemos en 1865 cuando asiste a la reunión de los demócratas tuvo lugar en el local de la Unión Artística acompañados por Justo Tovar y Tovar, presidente del Consejo Provincial y delegado del gobernador civil, el granadino Diego Vázquez Carranza. Acordaron constituir un comité provincial compuesto por un presidente, un vicepresidente, cinco vocales y dos secretarios; en votación pública Gerónimo Abad es elegido vicepresidente del partido el 20 de octubre y se mantiene en el cargo hasta finales de 1868. Inmediatamente después dirigen un comunicado a todos los almerienses defendiendo la libertad política, la igualdad, la justicia y la protección al desvalido; promoviendo la instrucción pública del pueblo; defendiendo mejoras en el salario de los trabajadores; y recalcando que la democracia “es y será garantía del orden; baluarte de la propiedad, defensor de la familia y de todos los intereses sociales.”.

Como concejal del Ayuntamiento de Almería, el 16 de junio de 1868, suscribe una comunicación al Ministerio de la Gobernación protestando porque no puede recaudar el impuesto de capitación con los medios que tiene, lo cual le ha generado una deuda de más de 67.000 duros. Como las dependencias del Gobierno no han contestado a ninguna de sus peticiones, el Ayuntamiento acordó presentar dimisión de sus cargos si no se les autoriza a establecer arbitrios que enjugasen la deuda municipal.

El 29 de noviembre de 1868, tras la caída de Isabel II, el comité provincial dirige un manifiesto a los electores de Almería para convocarlos a una reunión el 6 de diciembre; hace hincapié en que la revolución del 68 ha sido inspirada por la democracia, pero que la mayoría de fuerzas políticas no creen en la república federal, sistema que según ellos es el mejor para el país, citando como ejemplo de buen gobierno federal a Suiza y a los Estados Unidos. En esta Junta actuó con los principales líderes unionistas del momento como Felipe de Vilches —vicepresidente—, Rafael Carrillo de Albornoz y Joaquín María de Molina; con el líder del progresismo almeriense, Ramón Orozco —que fue presidente desde su creación el 28 de septiembre hasta su disolución el 23 de octubre—, y con el representante de las tendencias democráticas y republicanas, Francisco Arias de Reina —que actuó como secretario de la misma—. Durante el tiempo que actuó la Junta colocaron al frente de los Ayuntamientos a personas adictas a la revolución.

En los primeros años de la Restauración la Administración económica de la provincia de Almería requiere el pago de 333 escudos y 266 milésimas por el 5% de descuento que dejó de cobrarse a todas las clases del Estado a todos los integrantes de la Junta Revolucionaria de 1868.

El 1 de enero de 1869 tomó posesión del cargo de concejal, aunque cesa el 27 de octubre debido a la insurrección de los cantonales. Durante este tiempo dirigió la comisión económica municipal y fue capitán de la segunda compañía de Voluntarios de la Libertad.

 

El 16 de agosto de 1869 la Comisión provincial republicana federal de Almería, de la que era vicepresidente, emitió un comunicado a sus correligionarios denunciando que la Revolución de Septiembre se había desviado de su rumbo original renunciando a la libertad y contentándose con conseguir la soberanía. No estaban contentos con la Constitución que se había aprobado, pues renunciaba a la individualidad, a los derechos y a la justicia, porque era la antítesis de la democracia. Para ellos subyace el mismo sistema anterior; se ha desarmado a la milicia; se mantiene el servicio militar obligatorio; se protege a las grandes fortunas y a los monopolios; no se fomenta la industria; se mantienen los grandes impuestos; permanece la centralización..., pero la idea republicana no ha muerto porque pervive en el Pacto de Córdoba. Acatan la Constitución, pero la combatirán por todos los medios legales posibles, y si se violaran los derechos ya conseguidos por el pueblo recurrirían a la insurrección. Por ello animan a todos los pueblos de la provincia a organizarse para poder tener representación “en el concierto de la federación española”.

Dos días más tarde recordaron a los centros de organización locales, de distrito y de provincia que no admitirían ninguna propuesta que no surgiese de ellos, pues sus enemigos políticos podrían suplantar su bandera para perjudicarles.

En la Asamblea Federal de las provincias de Andalucía, Murcia y Extremadura, celebrada en septiembre de 1869, Gerónimo Abad representó a Almería, junto a Francisco Arias de Reina y Ricardo López Vázquez. Arias de Reina fue elegido vicepresidente y como representante suplente en el Consejo federal fue nombrado López Vázquez.

En septiembre de 1870 fue elegido presidente del Comité Republicano de la provincia de Almería; el vicepresidente era Pantaleón Martín Aguado y los vocales Tomás Peralta, Gaspar Molina Capel, Francisco Arias de Reina, Antonio González Garbín, Rafael Campos Medina y José Litrán López; el secretario fue José Pujol Roca.

En las elecciones municipales de 1871 los republicanos federales se presentaron coaligados con los moderados alfonsinos y ganaron ampliamente a la coalición gubernamental formada por progresistas y unionistas. Gerónimo Abad fue elegido en el distrito de Cuartel. Las elecciones se impugnaron y, aunque en principio las alegaciones de los gubernamentales no fueron aceptadas, la Comisión Provincial formada mayoritariamente por integrantes de la coalición gobernante en Madrid, sí las aceptó y anuló las elecciones. El motivo fue que un distrito se había modificado ilegalmente y no podía hacerse al menos en dos años, hecho este que marcaba la ley electoral.

Tras el asalto al Congreso en enero de 1874 firmó una protesta contra el golpe de Pavía en el Tribunal Supremo por el delito de haber subvertido el orden constitucional mediante la violencia, escrito que firmó en primer lugar Nicolás Salmerón y Alonso.

En 1877, concejal del Ayuntamiento de Almería, es elegido 2.º teniente de alcalde. En 1878 es nombrado concejal interino por el gobernador civil de Almería. El gobernador tomó esta medida porque, de los concejales elegidos entonces, muchos de ellos estaban incapacitados legalmente para serlo, otros no habían tomado posesión y otros ocho habían renunciado. Pocos días después fue elegido 7.º teniente de alcalde del nuevo ayuntamiento, el 1 de mayo de 1878.

En agosto de 1878 se verifica en Almería la confluencia de zorrillistas (radicales) y salmeronianos (republicanos), y cuando al año siguiente se eligió el Comité del Partido Demócrata-Progresista ya estaba en él Gerónimo Abad como vocal. Cuando a la altura de 1886 el partido pasó a llamarse Republicano Progresista era vicepresidente del mismo.

Varios años más tarde, a finales de febrero de 1890, se separa de la Asamblea Nacional Republicana. Para que todos los simpatizantes y correligionarios republicanos de Almería supiesen a qué se debía la ruptura, envió dos cartas: una a Ramón Orozco Segura, presidente de los republicanos progresistas, y otra a La Crónica Meridional. En ella expuso que la rama progresista de la Asamblea Nacional celebrada en Madrid intentó la absorción simple de las opciones republicanas; esto le llevó a separarse del partido y dimitir del cargo de vocal que ostentaba en el Comité provincial; sin embargo, y a pesar de las diferencias ideológicas, mantenía su amistad personal con Ramón Orozco y, es previsible que también, con los integrantes del antiguo partido al que pertenecía; la crisis se había planteado entre las dos tendencias desde la Asamblea de 1887 y Gerónimo Abad era partidario de la vía legal antes que la revolucionaria.

Un mes después, en marzo de 1890, Gerónimo Abad era presidente del comité republicano procentralista coincidente con lo que defendía Nicolás Salmerón. El 12 de abril de 1890 la facción de Almería redactó un manifiesto adhiriéndose a lo defendido por Salmerón y la minoría republicana de la Asamblea. El 22 de junio de 1890, en el Círculo del Centro Republicano, con sede en el Café de Novedades, presidió una velada literaria en la que disertó José Rodríguez Sepúlveda que hizo un alegato en favor de la República, de la figura de Nicolás Salmerón e, incluso, la de Emilio Castelar.

Durante la visita que Nicolás Salmerón giró a Almería en enero de 1891, Gerónimo Abad le acompañó en todo momento. Los disidentes republicanos de la línea salmeroniana siguieron trabajando en la provincia y constituyeron en 1892 el Partido Republicano Centralista, estando entre sus miembros Rosendo Abad y su hijo Ubaldo. En 1893 Gerónimo Abad fue el presidente de la Junta provincial del partido, en la cual se mantuvo hasta su muerte siendo además uno de sus miembros más activos del Círculo Republicano de Almería. En mayo de 1893 el Directorio de la Coalición Republicana expresó su protesta por el aplazamiento de las elecciones municipales, hecho por el gobierno sin la aprobación del Congreso de los Diputados; firmaba el comunicado su hermano Rosendo mientras que Gerónimo ocupaba entonces una de las vocalías del partido.

Elecciones y actividad parlamentaria

 

En abril de 1873, cuando se acercaban las elecciones generales, su nombre sonaba como candidato en el distrito de la capital, noticia de la que también se hizo eco la prensa madrileña. Realmente su actividad parlamentaria comenzó y terminó con estas elecciones. En las elecciones de 10 de mayo de 1873 fue elegido diputado al Congreso por la circunscripción y distrito de Almería para la legislatura de 1873-1874.

En su escaso periodo de tiempo como diputado por Almería, explanó tres discursos, todos ellos referentes a los intereses de la provincia. El primero de ellos fue una solicitud de los jefes y voluntarios de Almería pidiendo su armamento y equipo. El 12 de julio solicitó al ministro de Hacienda, José Carvajal Hué, un informe sobre las cantidades ingresadas por la provincia de Almería en el Tesoro, desde 1840 hasta la actualidad, por contribución territorial, industrial, aduanas, loterías y consumos, y las satisfechas por éste a la provincia por los mismos conceptos en el mismo tiempo y el ministro quedó en traerle el balance. Un mes más tarde preguntó a la mesa del Congreso si el ministro había aportado el informe y le contestaron que no se había recibido pero ese mismo día se comprobó que el ministro sí había contestado, pero haciendo el balance desde 1850 “porque, debido al sistema de contabilidad que entonces regía, los antecedentes que existen no dan a conocer los ingresos y los pagos por provincias.”.

Los diputados almerienses solicitaron un voto de gracias al pueblo de Almería por su comportamiento ejemplar y heroico, después del bombardeo de los cantonales de 1873 —fragatas Almansa y Vitoria—, presentando el escrito siguiente, al que se sumaron algunos diputados más:

 

Los Diputados que suscriben, piden a las Cortes Constituyentes se sirvan declarar: que dan las gracias á nombre de la Patria al pueblo de Almería por haber rechazado la bárbara agresión de las fuerzas navales insurrectas.

Palacio de las Cortes 30 de Julio de 1873.= Ricardo Lopez Vazquez.= Jerónimo Abad.= Juan García Morales.= Antonio del Val.= Joaquin Carrasco Molina.= Ricardo Martinez Perez.= Antonio del Val.= Cayetano Mesa [sic por Meca].”.

 

En principio, Gerónimo Abad renunció a la palabra para defenderla “en vista del ánimo de la Cámara”. Pero al ser tomada en consideración, pidieron la palabra en contra de la proposición los diputados Díaz Quintero —que la consideró prematura porque el telegrama recibido en el Congreso podía ser falso y porque eran las facciones republicanas las que se destrozaban entre sí—, Sáinz y Rueda —que solicitaba incluir el término “piratas” en vez de “insurrectos”—, y Castellano —que acusa a los republicanos en general de ser la causa de estos males porque obran lo mismo que las Cortes monárquicas—. A favor hablaron López Vázquez —elogiando la valentía de los voluntarios almerienses—, Sampere —que elogió a la población almeriense y criticó al infame Contreras—, y García Morales que se la cedió a Gerónimo Abad —dijo que las fuerzas de los cantonales se cifraban en 4 ó 5.000 hombres, expuso claramente las intenciones no políticas del ex general Contreras: cobrar 100.000 duros, y la oposición de los voluntarios armados que defendían la república federal—. El diputado Cala que también estaba en contra de la propuesta, dijo que el telegrama decía que los insurrectos habían roto fuego, pero no que habían bombardeado, como sí ocurrió en Sevilla—, lo que desmiente López Vázquez porque el telegrama sí habla de fuego de cañón contra la población y, es más, la casa de José Martínez Ortuño —cónsul alemán en Almería—, había sido derruida. Tras este debate la proposición fue aprobada por 162 votos a favor y 14 en contra y se envió telegrama a las autoridades de Almería.




Sáez Pinel José Luis

A.C.D. Serie documentación Electoral: 74, nº 4. A.H.N.S., Legajo 586-A, exp. 19. A.H.P.AL., A.I.N.S.AL., 44384-1. A.H.P.AL., A.I.N.S.AL., 44414-2. A.H.P.AL., A.I.N.S.AL., 44948-20. A.U.G., 00620/296. A.U.G., 01712/096. B.O.P.AL., 27.10.1875; 14.06.1877; 07.05.1878. D.S.C.: Sesiones de 2, 5, 6 y 13 de junio de 1873; de 12 y 30 de julio de 1873; y de 9 de agosto de 1873. El Minero de Almagrera, 28.09.1888. El Pabellón nacional, 12.04.1879. Gaceta de los caminos de hierro, 23.03.1873. Gaceta de Madrid, 03.06.1878. La Correspondencia de España, 04.05.1873. La Crónica Meridional, 18.06.1875; 01.07.1876; 22.12.1877; 04.12.1877; 22.10.1878; 09.05.1878; 08.07.1883; 04.05.1886; 05.08.1886; 27.11.1886; 08.03.1887; 01.11.1889; 12.06.1890; 28.02.1890; 25.03.1890; 27.06.1890; 27.07.1895; 31.07.1892; 23.05.1893. La Discusión, 31.10.1865; 06.12.1868; 22.08.1869; 11.06.1873. La Igualdad, 27.06.1868; 21.08.1869; 08.09.1869. La Justicia, diario republicano, 15.04.1890. La República, 26.06.1886. La Voz Republicana, 06.04.1873. Las Circunstancias, 24.01.1874. FORNIELES ALCARAZ, Javier y QUIROSA-CHEYROUZE MUÑOZ, Rafael. El Colegio de Abogados de Almería y su historia (1841-1996). Almería, Ilustre Colegio de Abogados de Almería, 1996. MARTÍNEZ LÓPEZ, Fernando. Los republicanos en la política almeriense del siglo XIX. Málaga, Fundación Unicaja, 2006. SANTISTEBAN Y DELGADO, Joaquín. Apuntes para un índice de hijos ilustres de Almería y su provincia. Noticias biográficas. Folletón n.º 5 del Diario de Almería, 1926. SANTISTEBAN Y DELGADO, Joaquín y FLORES GONZÁLEZ-GRANO DE ORO, Miguel. Historia cronológica y biográfica de Almería. Almería, Imp. de Celedonio Peláez, 1927. VÁZQUEZ GUZMÁN, Juan Pedro. La desamortización de Madoz en la provincia de Almería (1855‐1936). Almería, Universidad, tesis doctoral, 2011.




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