Hija de José Jiménez Murcia y Francisca Delgado Góngora, se casó en segundas nupcias con Domingo García de Acilú y se trasladó a Barcelona, donde vivió prácticamente el resto de su vida, dedicando buena parte de su tiempo a tareas de carácter benéfico–social. No tuvo hijos y, tras su muerte, su cuerpo fue traído a Almería donde recibió sepultura. Aunque sería merecedora de un mayor reconocimiento por parte de los almerienses, su nombre estará siempre ligado a la fundación del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Almería que, tras su fusión con otras entidades de ahorro andaluzas, se denomina ahora Unicaja. Efectivamente, a instancias del obispo José María Orberá y Carrión, que se desplazó a Barcelona para proponerle a Francisca la conveniencia de fundar en Almería una institución benéfico-social que pudiera remediar las muchas necesidades de una población muy empobrecida, dejó en su testamento capital suficiente para ello. No obstante, la materialización de la misma se demoró varios años debido a los litigios que sus herederos interpusieron por sus bienes. Por consiguiente, la institución no empezaría a funcionar hasta el año 1900, teniendo su sede durante muchos años en la misma casa en que había nacido la fundadora, en el número 2 de la llamada plaza de Marín, conocida también como plaza del Monte, en recuerdo del tiempo que estuvo allí dicha institución.