En la noche de Navidad de 1568 la población morisca de muchos pueblos de Almería se levantó contra la Corona española y la Iglesia Católica, a quienes consideraban fuentes de todas sus desdichas. A las discriminaciones sufridas por la comunidad se sumaron, en los años anteriores a la rebelión, la expropiación de tierras, la pobreza y la creciente represión inquisitorial.

El levantamiento de los cristianos nuevos, tras un conflicto largo y extenso por el territorio almeriense, en 1571 fue aplastado, quedando sus bienes expropiados y la población deportada fuera del reino de Granada.

La guerra de los Moriscos y la posterior expulsión de esta comunidad del reino de Granada marcarán para siempre a este territorio. Este hecho histórico puede calificarse como el episodio español de las contiendas de religión europeas, que explica la historiografía como el ejemplo más claro del polivalente enfrentamiento social en la Edad Moderna.